miércoles, 6 de octubre de 2010

POR LAS CALLES DE SANTA MARTA

Pequeña bahía frente al pueblecito de pescadores de Taganga, cerca de Santa Marta.


En la ciudad colombiana de Santa Marta, la carrera 4ª es peatonal. En uno de sus tramos cuelga, atravesando la calle de pared a pared, un cartel que indica que esa vía es sólo para los peatones y que no pueden pasar ni carros, ni motos ni bicicletas. “Recuperemos la carrera 4ª para los peatones”, termina diciendo el letrero.
En las ciudades caribeñas y en general en toda América Latina, la vida se vive en la calle. Con el anochecer y tras la lluvia que esta tarde ha refrescado el ambiente un poco, sólo un poco, los carritos de comida han vuelto a salir a la calle; los restaurantes montan sus terrazas sobre los charcos; la señora del puesto de caramelos se sienta en la esquina del paseo del Camellón; los muchachos con rastas despliegan sobre el muro junto al mar el pañuelo con las pulseras, colgantes y aretes. ‘Artesanal, amigo, todo artesanal’. En la playa, ya caída la noche, siguen bañándose algunas personas; en un banquito junto a la orilla, un joven abraza a su enamorada; dos palmeras más adelante un señor con camisa blanca que viene arrastrando una bicicleta, se acerca y ofrece un cigarrillo de hierba. Y así, poco a poco, tras la lluvia que refresco sólo un poco ambiente, la actividad vuelve a las calles de Santa Marta. Bueno, a todas menos a la carrera 4ª, porque es peatonal.
Debe ser que los caribeños, como todos los latinoamericanos, gustan de pasar la vida en la calle (los 28 grados tras la lluvia acompañan al paseo), pero por las calles por las que pasan los taxis que las inundan, las motos que se juegan la vida entre los carros, las bicis del que vende ‘nosequé’, el carrito de los jugos de frutas o el de la carne asada o el de la recarga de celulares. Y si por una calle no pueden pasar esos vehículos que llevan la vida de un lado para otro con sus olores y sus musiquetas, el resto de la gente tampoco quieren pasar por esa calle. ¿Para qué una calle sólo para personas?
De esa forma la carrera 4ª de Santa Marta apenas es una calle solitaria. Por esa razón, las únicas personas que la transitan aprovechan la ausencia de personal para orinar en las puertas. Así podemos decir que en la ciudad colombiana de Santa Marta, la carrera 4ª es ‘meatonal’.

1 comentario:

Gema Ortega Torres dijo...

Me ha gustado mucho tu blog. Daré algún paseo que otro por entre tus calles y visiones, Paco. Besos de Geminha