Pucará se prepara para las fiestas patrias del Perú y lo hace pintando las puertas y fachadas de sus casas y colocando la bandera del país en los balcones. Estos días es común encontrar a las familias atareadas en este ajetreo preparatorio que coincide, además, con la celebración el 9 de julio del aniversario de la batalla de Marcavalle. Pero vayamos por partes.
Pucará es un distrito cercano a Huancayo, perteneciente a esta provincia y distante de esta ciudad unos 25 kilómetros. Aquí es donde se desarrolla el proyecto ‘Comunidades andinas educativas’ que desarrolla Prodei y en el que participo.
Desde hace varios años los vecinos o comuneros de Pucará y de todo el valle del Mantaro, organizan la recreación de una batalla que tuvo lugar el 9 de julio de 1882 y que enfrentó a las tropas peruanas, capitaneadas por el Mariscal Andrés Avelino Cáceres, contra el ejercito chileno. La victoria conseguida por Cáceres en estas tierras de Marcavalle y Pucará consiguió expulsar a las tropas chilenas de la sierra central del Perú.
Para recordar aquel acontecimiento histórico, todo el valle anda estos días atareado en la preparación de ese espectáculo que, en ediciones anteriores ha congregado a más de 30.000 personas, y que este año se representa en la mañana del domingo 12 de julio.
De momento, los niños de una de las dos escuelas de Pucará ensayan el desfile que tiene lugar el mismo día 9, fecha de la batalla. Entre los que forman la banda y los que desfilan, cerca de cien niños y niñas preparan esa marcha. Es una tradición también bañarse todos en el río la tarde de antes para estar limpitos el día de la fiesta.
Pucará es un distrito cercano a Huancayo, perteneciente a esta provincia y distante de esta ciudad unos 25 kilómetros. Aquí es donde se desarrolla el proyecto ‘Comunidades andinas educativas’ que desarrolla Prodei y en el que participo.
Desde hace varios años los vecinos o comuneros de Pucará y de todo el valle del Mantaro, organizan la recreación de una batalla que tuvo lugar el 9 de julio de 1882 y que enfrentó a las tropas peruanas, capitaneadas por el Mariscal Andrés Avelino Cáceres, contra el ejercito chileno. La victoria conseguida por Cáceres en estas tierras de Marcavalle y Pucará consiguió expulsar a las tropas chilenas de la sierra central del Perú.
Para recordar aquel acontecimiento histórico, todo el valle anda estos días atareado en la preparación de ese espectáculo que, en ediciones anteriores ha congregado a más de 30.000 personas, y que este año se representa en la mañana del domingo 12 de julio.
De momento, los niños de una de las dos escuelas de Pucará ensayan el desfile que tiene lugar el mismo día 9, fecha de la batalla. Entre los que forman la banda y los que desfilan, cerca de cien niños y niñas preparan esa marcha. Es una tradición también bañarse todos en el río la tarde de antes para estar limpitos el día de la fiesta.
Y todo esto previo también a la fiesta nacional del Perú que tiene lugar el 28 de julio. Como hemos dicho es costumbre pintar, de cara a esa fecha, las fachadas y las puertas de las casas. Se hace sólo una vez al año y durante estos días se ve esa actividad en las calles y van apareciendo en los balcones las banderas rojas y blancas del Perú. En muchos casos son niños los que se afanan en esas tareas, pero vemos por las calles de Pucará a personas de todas las edades con brocha y rodillo encalando paredes, raspando pinturas viejas, cavando la hierba de la puerta de casa o pintando las puertas de colores muy vivos como el azul o el verde. La fiesta nacional es un buen motivo para que todo parezca nuevo y para darle un aire de salubridad a las casas y a las calles.
Niños jugando
Completa la escena una familia que lava su ropa en una fuente. La madre carga con la niñita pequeña cogida con el aguayo, esa prenda típica de la cultura andina que igual sirve para llevar al bebé que para portar las hortalizas de las chacras. A su alrededor, otros miembros de la familia ayudan en la tarea, juegan o simplemente observan, como hacemos nosotros.
Completa la escena una familia que lava su ropa en una fuente. La madre carga con la niñita pequeña cogida con el aguayo, esa prenda típica de la cultura andina que igual sirve para llevar al bebé que para portar las hortalizas de las chacras. A su alrededor, otros miembros de la familia ayudan en la tarea, juegan o simplemente observan, como hacemos nosotros.
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